Es extraño, que en pleno año 2013 nos sorprenda la noticia del colapso de la cubierta de un edificio construído hace poco más de dos años. Además si ese edificio es de pública concurrencia como lo es un centro comercial, literalmente no se entiende.
Veamos algunas imágenes:
Era un día de lluvia y según parece se estaban realizando obras de reforma para el ajardinamiento de la cubierta del edificio, para dotar a los propietarios de un parque a los propietarios del edificio alto de apartamentos. En una primera instancia colapso una parte. Llaman la atención unos sacos, seguramente correspondientes a la obra de ajardinamiento que se estaba ejecutando:
Mientras los equipos de emergencia estaban tratando de rescatar a las personas atrapadas se produjo un segundo colapso:
Sin querer menospreciar el drama humano y las víctimas del accidente, intentemos centrarnos en los elementos estructurales visibles. Podemos apreciar una estructura principal conformada por unos pórticos con unos pilares de acero sobre los que se apoyan unas cerchas invertidas también de acero. Sobre estas unas placas de hormigón aligerado.
Según la información publicada, se estaba añadiendo una capa de tierra de un espesor considerable (40 cm de media) y el agua de la lluvia hizo el resto. Parece lógico pensar que la citada nueva sobrecarga no debería estar contemplada en el cálculo y la cubierta colapsó. Ahora bien, ¿cuál sería el elemento más sensible en este incremento?
Las cerchas centrales serían las que tenían que soportar una mayor parte de esa sobrecarga, pero el inicio del colapso parece situarse en un vano extremo, por lo que podríamos plantear una primera hipótesis encaminada a comprobar la resistencia de las placas de hormigón. Aunque el técnico de la foto observa con detenimiento la deformación de una de las cerchas...
